Sí, una de tantas lectoras apasionadas de la obra de Borges.
A veces me sucede que quiero decir Jung y sale Borges; también viceversa.
Sé que Borges se sentía muy afín a Jung. Lo mencionó en diversas oportunidades, en algunas conferencias ante la típica pregunta argentina. Pero también la teoría Junguiana está enlazada en toda su obra.
Cualquier tema que uno piense, siempre hay poemas, cuentos que lo explican y lo muestran, aún mejor que los libros “científicos”.
Por ejemplo, en estos tiempos me sucede intentar desplegar la manera en que el trabajo con el propio Libro Rojo implica la relación con el sí-mismo a través de imágenes, de autoconocimiento en una travesía que tiene sus altos y bajos, alegrías y muchas caídas y oscuridades. Yo, que no soy una gran escritora (obviamente) doy mil vueltas y casi no llego a ningún lado.
A Borges, le alcanzan unas pocas estrofas, de una poesía de amor, y ya lo dice poéticamente y con toda la potencia necesaria. Me refiero, en este caso a Two English Poems, pero podría ser un cuento u otra poesía…
Te comparto unos fragmentos que son un deleite:
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente la luna solitaria.
Te ofrezco mis ancestros, mis muertos, los fantasmas que los vivos han honrado con bronce: al padre de mi padre que murió en la frontera de Buenos Aires con dos balas que atravesaron sus pulmones…
Te ofrezco la lealtad de un hombre que jamás ha sido leal.
Te ofrezco el núcleo duro de mí mismo que he guardado, de algún modo; el corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños, y no tocan el tiempo ni el placer ni las adversidades.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón; estoy tratando de sobornarte con incertidumbre, con peligro, con derrota.
